La odontología es un sector en continuo crecimiento actualmente en nuestro país; de hecho, según numerosas publicaciones, España se coloca como el país europeo donde existen mayor número de estudiantes de odontología, a diferencia de otros países europeos como Italia, Francia, Portugal o Bélgica donde existen restricciones para  admitir a estudiantes de esta disciplina. Ello supone que exista un gran número de profesionales a incorporar en este mercando, y la prueba evidente de ello es el incremento exponencial en los últimos tiempos de clínicas dentales.

La ley en España, concretamente el Real Decreto 1277/2003, de 10 de octubre, establece las bases generales sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios, en las que se encuentran incluidas las clínicas dentales; por tanto es posible abrir un establecimiento sin ser necesariamente odontólogo.

El Consejo General de Dentistas de España en su informe del año 2016 concluye que existe una estimación en el número de clínicas superior a las 21.000, y más de 34.600 profesionales colegiados. La Organización Mundial de la Salud recomienda  un odontólogo por cada 3.500 habitantes, sin embargo en España se supera con creces esa recomendación, teniendo una de las proporciones más alta en toda Europa: un odontólogo por cada 1.600 habitantes aproximadamente. Además, según D. Óscar Castro Reino, Presidente del Consejo General de Odontólogos, es previsible, tomando en consideración que cada año las universidades reciben unos 1.900 alumnos en esta materia, que se reparten entre las 21 universidades del territorio nacional, que en el año 2020 el ratio ascienda a un odontólogo por cada 1.000 pacientes.

Ante la impresionante oferta de odontólogos en nuestro país es fundamental valorar correctamente la elección del profesional, que siempre deberá estar colegiado y cumplir los requisitos técnicos y académicos exigibles para el desarrollo de su función sanitaria, así como advertir y estar atentos no solo a los equipos y requisitos técnicos con los que cuenta el profesional, sino conocer cuáles son tus derechos como paciente y hasta donde alcanza la responsabilidad del profesional que interviene.